Espacio personal de Bernardo Muñoz.

Categoría: El Enigma Recasens

La importancia de las cosas reales

Libreria pleyade

Con Salvi Rosich en la librería Pléyade

Microsoft cierra su tienda de e-books. Los clientes que compraron algún libro en esta plataforma verán como las obras adquiridas se esfumarán en breve de sus dispositivos. A cambio, el gigante informático reembolsará el importe a sus clientes.

Esta noticia refleja dos cosas: Por una parte, el escasísímo impacto de los libros electrónicos entre los consumidores. Por otra, los peligros de adquirir algo que, en realidad, no es del todo tuyo. Imagino cómo se le quedará la cara a quien compró a Microsoft esa novela tan rara, o un volumen académico de consulta permanente.  Y es que no es de recibo que alguien desde Redmond o Cupertino decida tu biblioteca. Además, la pérdida de un libro querido, o útil, nunca puede ser compensada con dinero.

Algo que jamás sucederá a quien compre una obra en formato de papel. Y puestos a valorar lo material, mejor siempre en una librería física. Al menos recibirá la atención y el consejo de un librero de carne y hueso, y no de un algoritmo.

Personas como Salvi Rosich, que lleva 13 años asesorando a sus clientes desde la librería Pléyade de Barcelona.  Recomendando libros a sus clientes sin más criterio que su enorme bagaje como lector. Y con con la tranquilidad que le dará saber que las obras que venda serán siempre de sus dueños, al menos mientras éstos quieran.

Desde aquí un abrazo a Salvi y a todo su equipo.

PE: Por no centrarme solo en los libros. Mis vinilos, esos que ya compraba con 16 años y que aún conservo como un tesoro,  es muy posible que me sobrevivan. ¿Alguien cree que sucederá lo mismo con las listas de Spotify?

 

 

 

En busca del tiempo perdido

Llevo unos días tan (maravillosamente) locos, que he dedicado más tiempo a disfrutar el presente que a narrar el tiempo perdido. Un pecado en estos tiempos de exposición a redes sociales, asumido como mal menor.

Bernardo en libreria Laie

Sin embargo, soy consciente de que debo ponerme al día

Porque me apetece compartir algunos de estos momentos y porque se lo debo a todos quienes me estáis apoyando en esta aventura.

Así que aquí estoy de nuevo. Tengo muchas cosas que contaros. Y un buen puñado de fotos muy entrañables. También estreno canal, mi nueva página en Facebook

No se puede recuperar el tiempo perdido pero nada nos impide recrearnos en él.

Entrevista Capotiana a Bernardo Muñoz

Hace unos días, Toni Montesinos me sometió a un tercer grado introspectivo, disfrazado de entrevista Capotiana. Tan extraño nombre (Capotiana) no hace referencia a la gallina Caponata sino al gran Truman Capote. Os dejo con el resultado.

Bernardo Muñoz en café Gijón

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Bernardo Muñoz Carvajal.


Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría? Barcelona tiene todos los microambientes que necesito para creer que no estoy atado a ninguno.

¿Prefiere los animales a la gente? Prefiero a las personas. Eso excluye también a mucha gente.

¿Es usted cruel?Soy básicamente compasivo.

¿Tiene muchos amigos?No, pero son buenos.

¿Qué cualidades busca en sus amigos?Altura de miras.

¿Suelen decepcionarle sus amigos?Bastante antes de que eso suceda suelen perder la categoría de amigos.

¿Es usted una persona sincera?A ratos.

¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?En lo que todos imaginamos cuando escuchamos la canción de Perales.

¿Qué le da más miedo?No soporto los hospitales.

¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?La desfachatez.

Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?Tocar la guitarra mejor de lo que lo hago.

¿Practica algún tipo de ejercicio físico?Tocar la guitarra.

¿Sabe cocinar?Sí!!!!!!!!!!!. Tras tocar la guitarra, cocinar es mi ejercicio físico preferido.

Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?A Forrest Gump.

¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?Deseo.

¿Y la más peligrosa?Deseo.

¿Alguna vez ha querido matar a alguien?Soy un ser civilizado criado en la tradición judeocristiana y en los valores de Occidente. O sea que…

¿Cuáles son sus tendencias políticas?Libertad, igualdad y fraternidad. Sin fisuras.

Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?No tengo muy claro si por cosa se refiere a objetos o también a personas. Respondo ambas posibilidades. Como cosa, un robot aspirador. Trabajar a conciencia un par de horas trazando mi propia ruta y regresar después a la estación base para dormir tranquilito hasta el día siguiente. Con cantidad de tiempo para pensar. Como persona, detective privado, de los de libro. A ratos Marlowe, a ratos Poirot y siempre Carvalho. Más Petra Delicado que Miss Marple.

¿Cuáles son sus vicios principales?Mi incapacidad para reconocerlos. Por tanto, de confesarlos mejor ni hablamos.

¿Y sus virtudes?Éstas me importa mucho menos hacerlas públicas. De entre todas ellas, destacaría un instinto natural para la supervivencia.

Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?Por encima de todas, la de un flotador.

Crónica del día D

El Enigma Recasens es una realidad. Estas fotos me las han enviado amig@s que ya han encontrado la obra en librerías físicas u on -line.

La primera es de una tienda FNAC y la segunda de la web de El Corte Inglés

Pues bien, yo, pringado de mí, me he pasado el día currando. Tan siquiera he podido acercarme a ver mis libros. Son las desventajas de ser un autor clandestino. Aunque compatibilizar la escritura con un trabajo habitual también tiene sus ventajas. La propia Carmen Balcells (en boca de una de sus principales agentes) decía que no se fiaba de los autores sin doble vida. Así que no está todo perdido.

Eso sí, el sábado pienso recorrerme TODAS las librerías que encuentre.

El enigma Recasens.

Tras el último -e imprevisto- retraso en el lanzamiento del libro, decidí no volver a hablar de él hasta estar seguro que que no habría más contratiempos. Perdonad este silencio, impuesto por la prudencia y mil temores íntimos.

Por fin puedo anunciaros que El Enigma Recasens estará en las librerías a partir del próximo 13 de marzo.

Encantado de reencontraros. Os dejo con la portada.

El enigma Recaseens

Libros que huelen

Aroma de libros

Libros que huelen

Han sido varias las personas que, a lo largo de mi vida, lograron contagiarme su pasión por las artes gráficas. Pero ninguna como José VIcente Crespo, un tipo capaz de oler un libro y reconocer su imprenta.

No es ninguna exageración. José Vicente acercaba un libro nuevo a su experta nariz y sabía decirte si había salido de las entrañas de Printer, Cayfosa, Gráficas Estella o Litografías Rosés. Según explicaba, cada imprenta destilaba un olor característico y reconocible en sus productos. Siendo sincero, me consta que, a la hora de emitir veredicto, complementaba su pericia nasal con la observación de pequeños detalles ocultos al profano: ausencia no no de cinta de lectura, características del papel, ensamblado de las guardas o tipo de retractilado.  Nada que restara mérito a su asombrosa capacidad para reconocer imprentas.

Alumno de la escuela Tajamar, José Vicente amaba como pocos el oficio de impresor. Una pasión que no se limitaba al trabajo, ya que las paredes de su vivienda de Rivas Vaciamadrid estaban repletas de grabados antiguos que recreaban el oficio.

A José Vicente y a mí nos unió el trabajo. También un jefe común que, por motivos diferentes, trató de arruinarnos la vida. Un tipo despreciable que no amaba a las artes gráficas; sólo se quería a sí mismo.

En mi caso no consiguió aplastarme por más empeño que puso; en el de José Vicente, aunque acusó más que yo el golpe,  quiero creer que tampoco. Por desgracia nunca llegaré a saberlo. Murió en un accidente de tráfico, hace ya veinte años.

Hoy, ante la inminente edición de mi libro, mientras agobio al editor preguntando chorradas como tipo de papel, gramaje, carteo o sentido de la fibra, no puedo dejar de pensar en mi amigo José Vicente Crespo, y en cuanto me habría gustado darle a oler «el enigma Recasens». Seguro que, si no la imprenta, habría llegado a dar al menos con el tipo de máquina empleada.

Mi sincero recuerdo para él y para su familia, a la que no llegué a conocer en persona.

En cuanto al otro, al que sólo se quería a sí mimo, que le den.

 

Las calles de Barcelona

Barcelona uno

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Barcelona es una ciudad vieja y sus calles, en cuanto se despoblan, aparecen cargadas de secretos.

El Enigma Recasens es una absoluta ficción que parce sugerida al oído por unos callejones y unos edificios ansiosos por contar sus historias.

Reconozco que la preparación del libro no ha exigido un gran esfuerzo documental. El suficiente para poder hablar con propiedad de los temas que narro.

Eso sí, sus páginas destilan lo mucho que he pateado Barcelona. Lo he hecho cámara en mano, como si fuera un visitante más. Y es que, tal como están las cosas, simular ser un turista es la mejor forma de pasar desapercibido en esta bendita ciudad.

pajaros y camaras

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Si alguien cree que exagero valga esta anécdota. Una mañana, mientra salía del metro junto a mi mujer, escuché  a dos muchachos discutir ante mis narices sobre si valía la pena atracarme o no. Convencidos de que no les entendía, mientras me sonreían con cara bobalicona valoraban entre ellos cuanto podrían sacar por la cámara de fotos que empuñaba, o si bastaría un tirón.

La cosa no fue a más porque A, estaba prevenido, B, la máquina de fotografiar no era nada del otro mundo y C, porque aunque iban puestos hasta las cejas, acabaron descubriendo que lo que salía de mis labios era un contundente castellano.

Esos safaris urbanos me han dejado un buen puñado de fotos. Unas curiosas, otras cuyo sentido hasta yo he olvidado -he retratado las cosas más inverosímiles- y alguna que me ha ayudado a retener una atmósfera, una luz o un recuerdo.

Dejo un par de muestras pidiendo perdón por adelantado. Soy peor fotógrafo que escritor. O eso espero.

El Enigma Recasens.

El enigma Recasens

El enigma Recasens

Tras una difícil decisión, el título escogido para el libro es El Enigma Recasens.

Al final se ha impuesto el criterio de la mayoría, Eso sí, los partidarios de La Hora del Depredador no resultaréis defraudados. Y es que en el libro se habla y mucho de Los Depredadores. Así, en plural.

Ayer presenté la ultimísima revisión (la «n» elevada al cuadrado, creo) que ya debería ser definitiva.

En el capítulo de agradecimientos, como prometí, incluí a Carlos Ferrero (quien, por cierto,  no ha dado señales de vida)…

…¡Y al resto de participantes!

En efecto, todos quienes expresasteis vuestra opinión seréis mencionados en la obra.  Y es que vuestro apoyo no merecía menos.

Eso si, sólo Carlos tendrá el ejemplar gratis (si responde al correo que le envié, claro)

Gracias por vuestro apoyo. ¡Estad atentos a las próximas noticias!