Escribir y reescribir: a la caza del gazapo
Escribir es también es reescribir: releer, tachar, cambiar, modificar, reescribir… y de nuevo releer, tachar, cambiar… en una suerte de día de la marmota que no cesa hasta que tú o o la editorial decide que hay que parar. Por aburrimiento o para no marear más la historia.
Tampoco conviene obsesionarse pues, hagas lo que hagas, sabes que hay dos reglas que se cumplirán siempre:
- Cada vez que te enfrentas al texto, volverías a cambiar algo. Aunque ya lo hayas leído 100 veces.
- Por mucho que lo revises, jamás cazarás todos los gazapos. Siempre quedará alguno en espera de ser descubierto tras la impresión.
Seguro que mi nueva novela contendrá algún fallo. Ni os imagináis la cantidad que he tenido que arreglar. Y es que, aunque esto de las correcciones es, de largo, la parte más tediosa en el proceso de creación de un libro, resulta imprescindible para que el producto que acabe en vuestras manos ofrezca la calidad que merecéis.
Vuelve Víctor Itoiz
Hola amigos. Por fin puedo confirmar que mi nueva novela está punto de ver la luz.
La continuación “el enigma Recasens” presentará una nueva aventura en la que violinistas, detectives, mafiosos, asesinas a sueldo, rumberos, políticos en activo, herejes gastronómicos y monárquicos convencidos se interrelacionarán alrededor de unos crímenes tan singulares como incomprensibles.
El libro es también una reivindicación de la alegría y un canto al coraje como forma de enfrentarse a la vida. Hasta en las situaciones más extremas.
Mi propósito es que disfrutes de la historia, rías con ella, vibres, y te contagies de la ternura que he tratado de transmitir en sus páginas.
En breve os anunciaré el título definitivo. ¡Estad atentos!
Recasens. La contraportada
Aunque la portada de un libro es la encargada de atraer la atención del lector, la contraportada tiene la difícil misión de captar su interés por el argumento de la obra. Os presento la contraportada de «El enigma Recasens»
¿A que dan ganas de empezar a leerla? El miércoles en las librerías

El enigma Recasens.
Tras el último -e imprevisto- retraso en el lanzamiento del libro, decidí no volver a hablar de él hasta estar seguro que que no habría más contratiempos. Perdonad este silencio, impuesto por la prudencia y mil temores íntimos.
Por fin puedo anunciaros que El Enigma Recasens estará en las librerías a partir del próximo 13 de marzo.
Encantado de reencontraros. Os dejo con la portada.
Libros que huelen
Han sido varias las personas que, a lo largo de mi vida, lograron contagiarme su pasión por las artes gráficas. Pero ninguna como José VIcente Crespo, un tipo capaz de oler un libro y reconocer su imprenta.
No es ninguna exageración. José Vicente acercaba un libro nuevo a su experta nariz y sabía decirte si había salido de las entrañas de Printer, Cayfosa, Gráficas Estella o Litografías Rosés. Según explicaba, cada imprenta destilaba un olor característico y reconocible en sus productos. Siendo sincero, me consta que, a la hora de emitir veredicto, complementaba su pericia nasal con la observación de pequeños detalles ocultos al profano: ausencia no no de cinta de lectura, características del papel, ensamblado de las guardas o tipo de retractilado. Nada que restara mérito a su asombrosa capacidad para reconocer imprentas.
Alumno de la escuela Tajamar, José Vicente amaba como pocos el oficio de impresor. Una pasión que no se limitaba al trabajo, ya que las paredes de su vivienda de Rivas Vaciamadrid estaban repletas de grabados antiguos que recreaban el oficio.
A José Vicente y a mí nos unió el trabajo. También un jefe común que, por motivos diferentes, trató de arruinarnos la vida. Un tipo despreciable que no amaba a las artes gráficas; sólo se quería a sí mismo.
En mi caso no consiguió aplastarme por más empeño que puso; en el de José Vicente, aunque acusó más que yo el golpe, quiero creer que tampoco. Por desgracia nunca llegaré a saberlo. Murió en un accidente de tráfico, hace ya veinte años.
Hoy, ante la inminente edición de mi libro, mientras agobio al editor preguntando chorradas como tipo de papel, gramaje, carteo o sentido de la fibra, no puedo dejar de pensar en mi amigo José Vicente Crespo, y en cuanto me habría gustado darle a oler «el enigma Recasens». Seguro que, si no la imprenta, habría llegado a dar al menos con el tipo de máquina empleada.
Mi sincero recuerdo para él y para su familia, a la que no llegué a conocer en persona.
En cuanto al otro, al que sólo se quería a sí mimo, que le den.
El Enigma Recasens.
Tras una difícil decisión, el título escogido para el libro es El Enigma Recasens.
Al final se ha impuesto el criterio de la mayoría, Eso sí, los partidarios de La Hora del Depredador no resultaréis defraudados. Y es que en el libro se habla y mucho de Los Depredadores. Así, en plural.
Ayer presenté la ultimísima revisión (la «n» elevada al cuadrado, creo) que ya debería ser definitiva.
En el capítulo de agradecimientos, como prometí, incluí a Carlos Ferrero (quien, por cierto, no ha dado señales de vida)…
…¡Y al resto de participantes!
En efecto, todos quienes expresasteis vuestra opinión seréis mencionados en la obra. Y es que vuestro apoyo no merecía menos.
Eso si, sólo Carlos tendrá el ejemplar gratis (si responde al correo que le envié, claro)
Gracias por vuestro apoyo. ¡Estad atentos a las próximas noticias!
El ganador ya. Y el título del libro, el 3 de septiembre
Hola, os confirmo que el libro ya tiene título y que éste se ha consensuado ya con mi editor, teniendo en cuenta vuestras opiniones. Sin embargo, no se hará público a partir del día 3 de septiembre.
El motivo es que a partir de él iniciaremos algunas acciones de visibilidad que no vale la pena arrancar en un mes como agosto.
Lo que sí puedo confirmar ya es el nombre del ganador del concurso. Y el agraciado es…
Carlos Ferrero.
Felicidades al ganador. Recuerda que recibirás gratis un ejemplar dedicado del libro (cuando salga) y que tu nombre se citará en el capítulo de agradecimientos.
Por lo demás, este mes será de poca actividad. Agosto es un mes para aplicarse a las vacaciones, y en ello estoy. De hecho, escribo desde el marco en que un conocido escritor, que ya cité en este cuento, ambienta todas sus novelas.
¿Una pista? Me estoy atiborrando a ostras.
¿Me ayudáis a poner título al libro?
Mi libro está en la fase final de correcciones… y aún no tiene título.
Como las opiniones están divididas , os pido vuestra ayuda. Tras una intensa criba las dos opciones finalistas son:
-El enigma Recasens
-La suerte del depredador.
¿Cual os gusta más? Por favor, indicádmelo. Podéis hacerlo en el blog (preferible) o en Facebook, en el post de la entrada.
Para agradecer vuestra colaboración, de entre quienes respondáis (con independencia de la opción que elijáis), una mano inocente seleccionará a un ganador.
La afortunada o afortunado dispondrá de dos privilegios:
-Recibirá un ejemplar dedicado.
-Su nombre aparecerá en la edición impresa, agradeciendo su colaboración.
Recordad que se trata de un referéndum no vinculante. Pero vuestra opinión ayudará mucho a la hora de tomar una decisión.
Reconozco que las bases de este concurso no resisten el menor rigor notarial. Pero prometo ser legal
Tenéis de tiempo hasta el miércoles 15 de agosto (incluído)
¡Gracias y mucha suerte!
PD: No olvidéis incluir el correo electrónico al hacer el comentario. Sólo se usará para contactar con el ganador.
El argumento de la novela. Aclaración
Tras la avalancha de súplicas, algunas angustiadas, de muchos de vosotros para que aclare el argumento de la novela, deseo confirmaros que…
¡Mi novela no hablará del procés!
Pero vamos, ni media palabra.
Podréis asomaros a ella sin peligro.