Espacio personal de Bernardo Muñoz.

Categoría: la novela (Página 2 de 3)

Editorial Funambulista

Editorial Funambulista

Editorial Funambulista

Os anuncio que mi libro, cuyo título espero hacer público en breve, será editado por Editorial Funambulista Un orgullo que va más allá de las aspiraciones que, como escritor, imaginé

Si algun adjetivo define a Funambulista es prestigio. Por el trabajo que realiza y porque su ADN recoge la esencia de la mejor tradición editorial de este país.

Para entender qué es Funambulista hay que conocer a su creador, Max Lacruz y recordar también que su padre, Mario Lacruz,  fue un  editor de los llamados legendarios. Un hombre que trabajó, desde las diferentes editoriales en las que realizó su labor, con lo mejor de las letras en español de los últimos cincuenta años. Baste decir que mis tres mayores referentes en literatura (mis tres queridas «M»: Marsé, Montalbán y Mendoza) publicaron con él.

Mario Lacruz fue además un excelente escritor. SU novela, «el inocente» se considera de forma unánime la precursora de la literatura policíaca en español.

Reconozco que ser acogido en Funambulista y hacerlo además con una novela de corte negro, supone un plus de responsabilidad. Por la confianza que me ha demostrado Max,  y por la tradición literaria que arrastra.

Solo espero estar a la altura.

Podar una novela

revisando la novela

Corregir un texto es como podar una planta.

Lo primero es sanear. Arrancar de cuajo adjetivos machacones, adverbios repetitivos o interjecciones recurrentes, capaces de afectar a la salud del libro. Por no hablar de gazapos, erratas, faltas de ortografía u otras plagas que puedan haberse adherido a él.

Después toca recortar. Se trata de moldear el conjunto con sumo cuidado para que, sin que pierda su esencia, logre expresar todas sus cualidades.

Reconozco que soy un fiera eliminando malas hierbas ortográficas y gramaticales. Y que, aunque me lo pienso más a la hora de dar la forma última la texto, tampoco me tiembla el pulso cuando toca pasar la tijera.

La última revisión del libro recortó 12 páginas a la versión previa. La actual promete ser aún más drástica. Las imágenes hablan por sí mismas.

¡Como siga adelgazando el contenido al final me voy a quedar con un relato breve!

 

 

Revisando la novela. Empieza el rock and roll!!!

escritorio_novelaEn 10 días debo entregar la versión revisada de la novela. Una labor que tendré que compaginar como pueda con una inusual carga de trabajo en mi ocupación habitual (la que me da de comer, así que poca broma)

¡Mierda! Ahora que por fin empieza la fiesta, me va a pillar con el paso cambiado.

Terror

O quizá sólo sea que, tras una espera tan larga, la inminencia de la publicación me produce vértigo.

Por fortuna, la última versión del escrito ya estaba bastante trabajada. Aún así, quiero volver a ponerla a prueba. He organizado el trabajo de la siguiente manera:

Primero la leeré de un tirón, bajo una visión crítica. Me obsesiona su coherencia como obra: ritmo, intensidad, estilo, diálogos, etc. También volveré a diseccionar a los personajes. Nunca se trabaja lo suficiente para hacerlos más creíbles . Además, debo comprobar si cuanto narra sigue vigente para una edición de 2018. De hecho, ya he detectado algún comentario que necesita actualización.

Después la analizaré capítulo por capítulo. Ortografía, gramática, erratas y los mil y un gazapos que la obra puede esconder. Hay 18 capítulos, así que trabajo no me va a faltar.

Por último, y si aún me queda tiempo, volveré a leerla de cabo a rabo, para comprobar si los cambios afectan de alguna forma al estilo general.

¿Significará esto que la versión que entregue el próximo día 22 será la definitiva ¡NO! A partir de aquí intervendrá el editor, quien me ha prometido muchas y variadas sorpresas.

Ahora empieza el Rock and Roll. Y voy a ser sincero. Aunque intente justificarme exponiendo mis temores, en realidad estoy mucho más excitado que asustado.

Además, cuento con todos vosotros.

 

El libro de Bernardo

Tras una espera de tres años capaz de romper los nervios a un muerto, me complace anunciar que mi libro verá por fin la luz este 2018. Y lo hará –toco madera- con la misma editorial que ya confió en él en su momento.

Como aún desconozco si el título propuesto será el definitivo, me referiré de momento a él como “El libro de Bernardo”. Quizá no sea muy original, pero resulta fácil, clarificador e… indexable. Espero que disculpéis esta pequeña vanidad. (habrá más, me temo)

El libro de Bernardo dispondrá de una distribución tradicional, aunque con notables añadidos. Además, el editor me permitirá implicarme en el proceso de lanzamiento y difusión de la obra. Un verdadero reto para alguien que trabaja en temas de comunicación desde hace un montón de años.

Así que, recuperado el sentido original de este blog, toca desempolvarlo. Os recuerdo que su objetivo es doble:

  • Recoger todas las experiencias, desde alegrías y agasajos hasta angustias y collejas, que se sucedan desde ahora hasta que la novela vea la luz.
  • Explicar la estrategia a emplear y las acciones concretas que deseo implementar para darlo a conocer, así como el resultado de las mismas.

Por tanto, habrá artículos de contenido muy general y otros más enfocados al marketing editorial. He trabajado el estilo de estos últimos a fin de que resulten amenos. SI además llegan a ser útiles estaré encantado.

Cuento con todas y todos. Nos vamos a divertir.

Gestionar la incertidumbre

bernyAbrí este blog tiempo después de firmar contrato con la editorial, como una suerte de ejercicio al que me obligaba con objeto de sobrellevar unos temores e inseguridades que me iban a acompañar hasta ver la obra publicada.

Craso error.

Al mismo ritmo que aumentaba la incertidumbre, apoyada en señales cada vez objetivas, decaían mis ganas de compartirla con nadie. Así que dejé de escribir.

Hoy  parece que las nubes se disipan. Y es un sincero alivio, aunque el paisaje que vislumbro me sitúa a un paso del peor escenario de los que en su día imaginé. Pero al menos empiezo  saber a qué atenerme y en cuanto vuelva a componer la situación, decidiré.

Nunca me han faltado arrestos para remontar desde cero, ni reinventarme, ni mutar. Sin embargo, me reconozco incapaz de gestionar la incertidumbre.

Rompiendo tópicos de escritor (parte 2)

Un angster melancólico

El gangster melancólico

Tópico nº 2: “Todos los personajes del libro son hijos míos y a todos quiero por igual”

El tópico entre los tópicos. Pues bien, ya les gustaría: Algunos personajes de mi novela son unos auténticos hijos de mala madre, seres indeseables y sin escrúpulos que tendrán bien merecido cuanto les pueda ocurrir de malo.

Es más, ya me encargaré yo de hacerles pagar por sus fechorías.

Soy mucho más indulgente con otros. En el libro encontraremos algunos hombres y mujeres que, marcados por su historia, parecen abocados a la fatalidad. Y aunque cabe precaverse de ellos, no puedo juzgarlos con la misma severidad que aquellos que ya nacieron siendo unos cabronazos.

Por último, reconozco mi debilidad, a todas luces irracional, por los tipos más histriónicos que han dejado su impronta en el relato. Desde quienes provocan vergüenza ajena hasta aquellos que, por decoro, prefiero no calificar.

Como conclusión, confieso que mi baremo afectivo no depende tanto del rol de los personajes en la historia (el bueno, el malo, la chica…), sino del trabajo invertido en pulirlos hasta dotarlos de una personalidad propia. Cuanto más humanos, o sea, creíbles y coherentes en su imperfección, más orgulloso me siento de ellos.

¿Significa esto una contradicción con lo expresado al principio de esta entrada? En absoluto. Aunque los buenos despiertan más afecto que los malos, los malos pueden ser mucho más divertidos que los buenos.

Rompiendo tópicos de escritor (parte 1)


tópicos exritor tacones agujaTópico nº 1. “Hay parte de mí en todos los personajes de mi libro”.

Mentira. Yo no tengo nada de acosador, ni de putero, ni soy un corrupto. Os aseguro que jamás he matado a nadie, ni he ordenado ejecuciones.

Salvo  sorpresa mayúscula por mi parte, no soy depositario de ningún gran secreto familiar.

Tampoco uso minifaldas, ni sé caminar sobre tacones de aguja, ni, hasta donde intuyo, los hombres pierden la cabeza por mí.

No trato de sobrevivir sobre las cenizas ya esparcidas de una vida anterior, ni doy la espalda a la gente que quiero, ni me esfuerzo por construir defensas emocionales y encerrarlas en una burbuja.

Además, no tengo ni idea de tocar la flauta travesera.

Mis más íntimos secretos

secretoTodos guardamos secretos ¿O no? En mi caso muchos, y algunos de ellos muy graves.

¿Creen que exagero? Juzguen ustedes mismos.

Sé que en Barcelona se han cometido varios asesinatos. Podría dar todos los detalles de estas muertes y sin embargo a nadie he dicho nada… ¡pese a que también conozco a los criminales!

Callo información fidedigna sobre policías corruptos y abusadores de género. Esto último me corroe las entrañas.

Siguiendo con mi política de ocultación, continúo sin querer denunciar que en mi ciudad un peligroso gangster extiende su red de negocios sucios con total impunidad.

Me pesa saber que hay personas que han recibido amenazas e incluso palizas sin que de mi boca haya salido una sola palabra para denunciar tales hechos, máxime cuando podría señalar con el dedo a los sicarios y a sus inductores.

Y llevo mucho tiempo mirando hacia otro lado para no delatar una estafa multimillonaria teñida varias veces de sangre.

Lo reconozco, Mi silencio cómplice protege a farsantes, psicópatas, asesinos a sueldo, policías, ladrones, ladrones policías, mujeres de rompe y rasga, marchantes, buscavidas, millonarias ninfómanas, artistas frustrados, bohemios consagrados, tipos deprimidos, busconas, sobrevivientes, amantes clandestinos, respetabilísimos cornudos, grandes embaucadores, flautistas, funambulistas y tipos que un día se rindieron.

También sé de un misterio; y de unas vidas perdidas.

Créanme, se hace muy difícil sobrellevar una vida normal cuando se guardan tantos secretos.

¡Sobre todo porque estoy deseando confesarlos!

Mis libretas Moleskine

libreta moleskineNo conozco mayor contenedor de emociones, secretos y sueños que un cuaderno. En él caben las ecuaciones del matemático, los garabatos aún abstractos de un niño, las notas de campo del biólogo, los bocetos y dibujos del artista, las rimas desconsoladas del poeta, los apuntes y resúmenes del estudiante, la contabilidad B del comerciante, los pétalos de rosa ya marchitos del enamorado, los planos secretos y acertijos del guardián del tesoro, la letra de las coplas del cantante,  o las notas a vuelapluma del escritor.

Mis libretas contienen un poco de todo esto: dibujos, esquemas, algún recorte y mucha, mucha letra, apretada en una confusión de mayúsculas y minúsculas trenzada por un aluvión de flechas, notas al margen y subrayados. A la hora de escribir, reconozco mi preferencia por las libretas MOLESKINE, cuyo estilo clásico y algo retro, casi romántico, me seduce.  Las uso por el mismo motivo por el que escribo con pluma estilográfica. Para no olvidar que, pesar de la informática y las nuevas tecnologías, somos herederos de la tradición amanuense.  Y porque escoger unas herramientas adecuadas forma parte de la disciplina, pero también del placer, de escribir.

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