Informaciones muy recientes ilustran de la enorme penetración de las mafias que operan en algunas zonas de Andalucia. Un poder y una impunidad que convierten a esta región en un paraíso del crimen organizado.
Un presunto narco malagueño acribillado ante su familia el día de la comunión de su hijo. Policías y guardias civiles intimidados, amenazados, apaleados y hasta tiroteados. Un niño muerto a causa de la chulería del piloto de una planeadora, Sito Miñanco travestido en vigilante de parking en Algeciras, gestionando negocios legales, ilegales, cortinas y tapaderas. ¿Quieren más? Porque éstos son sólo los titulares. Si profundizamos en las noticias, encontramos casi todos los arquetipos del género negro.
Coca a espuertas, putas de lujo, sicarios colombianos, coches de alta gama pilotados por garrulos, el palco del Real Madrid, locales incendiados, billetes de quinientos, palizas de escándalo, juergas en Puerto Banús… Y una ausencia tan clamorosa como elocuente de políticos, jueces y mandos policiales comprometidos en acabar con esta fiesta.
¿Cuales son los motivos que han llevado a esta situación? El coladero de la frontera con Marruecos quizá sea el principal, aunque el hachís solo suponga una parte de los negocios ilegales de la zona. Además, la región dispone de una enorme lavandería de actividades criminales llamada Gibraltar. Y la frivolidad con que se ha permitido -cuando no alentado- que mafiosos, proxenetas, traficantes y terroristas se establezcan en la zona sin más impedimenta que el dinero que aporten, resulta fundamental para entender este proceso. Sin olvidar que el nivel de empobrecimiento de algunos de estos territorios ayuda a favorecer cualquier actividad al margen de la ley
España renunció hace décadas a controlar el Sur. Por miopía, incapacidad o por conmininecia de algunos de sus estamentos -o responsables significados de ellos- con los criminales.
La corrupción, cuando no se detiene a tiempo, se extiende como la gangrena. Y me temo que este país tiene ya zonas demasiado infectadas.
Un escándalo como ciudadano y una enorme fuente de inspiración para escribas del género negro.
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