Publicar a través de una editorial tradicional no supone garantía de éxito para la obra. Como iremos viendo en sucesivas entregas, este modelo tan siquiera garantizará en muchos casos una distribución o una promoción suficientes.
La autoedición ha sido casi siempre el último remedio para quienes no encontraban otra salida. Sin embargo, los tiempos cambian e Internet impone sus propias reglas. En la actualidad existen infinidad de recursos para que el autor que lo decida tome el control de su obra. Por tanto, crece el número de autores que asumen el rol de editor por voluntad propia .
Al margen de la motivación de cada cual, vale la pena insistir en que autoeditar puede ser una opción perfectamente viable. Veamos:
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