Como ya dije en una entrada anterior, en una vida paralela me hubiera encantado conducir un programa de radio nocturno desde alguna emisora olvidada. Fumar como un carretero y emborracharme sin prisas mientras pincho canciones de esas que solo deben escucharse de madrugada.
Ya no tengo edad para excesos. Tan siquiera creo que me resulte placentero pasarme la noche en vela. Pero Internet me brinda la posibilidad de llevar a la práctica algo parecido a mi sueño. Y, bien mirado, la red también tiene sus ventajas. Valga por ejemplo esta canción.
«Stronger Than me» es uno de esos temas que pierden todo sentido si se radian a la luz del día. Pero ver el video permite otros placeres, como disfrutar de una Amy Winehouse radiante, aún sin tatuajes, recordándonos que también sabía tocar la guitarra.
Os dejo con ella.
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