Lo reconozco, he abierto este blog para tratar de aliviar la espera.

Podría explayarme explicando mi actual estado de ánimo.  Pero en este artículo  la escritora Jenn Díaz lo hace mucho mejor que yo.

Siguiendo su símil, estoy atado de pies y manos en el mar secreto, en espera de empezar a nadar en aguas abiertas.

Tan impaciente como ella.

O más. Jenn, pese a su juventud, ya tiene experiencia en esto de publicar. En cambio yo, a mis cincuenta y pico, aún soy un primerizo.