Podar una novela
Corregir un texto es como podar una planta.
Lo primero es sanear. Arrancar de cuajo adjetivos machacones, adverbios repetitivos o interjecciones recurrentes, capaces de afectar a la salud del libro. Por no hablar de gazapos, erratas, faltas de ortografía u otras plagas que puedan haberse adherido a él.
Después toca recortar. Se trata de moldear el conjunto con sumo cuidado para que, sin que pierda su esencia, logre expresar todas sus cualidades.
Reconozco que soy un fiera eliminando malas hierbas ortográficas y gramaticales. Y que, aunque me lo pienso más a la hora de dar la forma última la texto, tampoco me tiembla el pulso cuando toca pasar la tijera.
La última revisión del libro recortó 12 páginas a la versión previa. La actual promete ser aún más drástica. Las imágenes hablan por sí mismas.
¡Como siga adelgazando el contenido al final me voy a quedar con un relato breve!
Revisando la novela. Empieza el rock and roll!!!
En 10 días debo entregar la versión revisada de la novela. Una labor que tendré que compaginar como pueda con una inusual carga de trabajo en mi ocupación habitual (la que me da de comer, así que poca broma)
¡Mierda! Ahora que por fin empieza la fiesta, me va a pillar con el paso cambiado.
Terror
O quizá sólo sea que, tras una espera tan larga, la inminencia de la publicación me produce vértigo.
Por fortuna, la última versión del escrito ya estaba bastante trabajada. Aún así, quiero volver a ponerla a prueba. He organizado el trabajo de la siguiente manera:
Primero la leeré de un tirón, bajo una visión crítica. Me obsesiona su coherencia como obra: ritmo, intensidad, estilo, diálogos, etc. También volveré a diseccionar a los personajes. Nunca se trabaja lo suficiente para hacerlos más creíbles . Además, debo comprobar si cuanto narra sigue vigente para una edición de 2018. De hecho, ya he detectado algún comentario que necesita actualización.
Después la analizaré capítulo por capítulo. Ortografía, gramática, erratas y los mil y un gazapos que la obra puede esconder. Hay 18 capítulos, así que trabajo no me va a faltar.
Por último, y si aún me queda tiempo, volveré a leerla de cabo a rabo, para comprobar si los cambios afectan de alguna forma al estilo general.
¿Significará esto que la versión que entregue el próximo día 22 será la definitiva ¡NO! A partir de aquí intervendrá el editor, quien me ha prometido muchas y variadas sorpresas.
Ahora empieza el Rock and Roll. Y voy a ser sincero. Aunque intente justificarme exponiendo mis temores, en realidad estoy mucho más excitado que asustado.
Además, cuento con todos vosotros.
La inevitable muerte del libro impreso
¿Tinta o pixel? ¿Pantalla o papel? Para muchos analistas, la coexistencia del libro físico con su homónimo electrónico es meramente temporal. En veinte años, el libro impreso sobre papel habrá dejado de existir, o será una reliquia.
Y es que, más allá de la nostalgia, las ventajas del formato electrónico son brutales. Para la industria, pero también para el medio ambiente y hasta para el lector.
Industria
El e-book elimina de forma drástica los costes de producción, distribución y punto de venta, Las editoriales podrán ofrecer libros más baratos y con mayor beneficio para estas compañías. Incluso aumentando los porcentajes de ventas que aplican a sus autores.
Medio ambiente
Más del 40% de la madera que se procesa en el mundo se usa para fabricar papel. Un cuarta parte de los gases invernadero lanzados a la atmosfera proviene de la industria papelera y el 20% de los desechos mundiales tienen relación con el papel. Un libro de formato medio consume más de 5 kilos de madera virgen. ¿De verdad merece la pena? Podremos seguir manteniendo estas agresiones medio ambientales?
Lectores
Las pantallas se han convertido en el principal soporte para el consumo personal de ocio. A través del móvil vemos películas, series de televisión y escuchamos música. También nos informamos de la actualidad y nos evadimos. Y compramos. Si el libro quiere sobrevivir como elemento de ocio cultural no tendrá otro remedio que integrarse en las plataformas de contenidos.
Ante tan abrumadoras ventajas, parece extraño que tengamos que esperar 20 años para completar la transformación digital de los libros. Y sin embargo, a fecha de hoy, los libros físicos parecen resistir mucho mejor el envite de Internet que, por ejemplo, música o cine. Basta observar el espacio que aún ocupan en grandes almacenes frente a la brutal reducción del dedicado a discos o películas. Las bibliotecas aguantan mientras que los videoclubs son reliquia. Y es más fácil encontrar una librería en cualquier zona comercial que una tienda de música.
Sería ingenuo pensar que la supervivencia del libro físico se debe tan solo por el apego de los lectores al papel. También eran muy bonitas las enciclopedias, pero ya nadie las compra. O por temor de la industria a la piratería. El libro físico se copia ilegalmente tanto como el electrónico.
¿Cual es la razón de esta persistencia?
Personalmente, creo que el sector editorial no se ha volcado de lleno en el mundo digital porque piensa que todavía no es el momento. Una prudencia en la que pesa más la importancia que aún tiene a nivel mundial la industria del papel y todos sus derivados (maquinaria de artes gráficas, impresores, fabricantes de tintas,…) que cualquier otro criterio. Pero que en cuanto se de luz verde a la transformación el proceso será irreversible.
A medio plazo quedará como un placer para nostálgicos que, además, se lo puedan permitir. Y a largo, en un objeto para coleccionistas.
El bestiario de Fred Vargas
La escritora francesa Frédérique Audoin-Rouzeau, más conocida como Fred Vargas, gana el premio princesa de Asturias de las letras 2018.
Durante años me dediqué a comentar los libros que leía en un blog. A modo de introcucción, las crónicas se iniciaban con una cita de la obra a tratar. Reconozco que no siempre era fácil entresacar un párrafo atractivo y que además hablara del libro o su autor. Había sin embargo, escritores muy agradecidos, ya que en cada página de sus novelas podías encontrar algo que valía la pena. Fred Vargas era mi favorita, una verdadera mina. Observen si no algunos extractos. Podemos empezar con éste, de «Un Lugar Incierto».
– También hay gente que come armarios –murmuró Adamsberg.
Vlad se interrumpió, inseguro.
– ¿Qué come armarios? ¿Es eso?
– Sí. Tecófagos.
Vladislav tradujo, y Arandjel no pareció sorprendido.
– ¿Ocurre a menudo en su país? -se informó.
– No, pero también hubo un hombre que se comió un avión. Y en Londres, un lord que quiso comerse las fotos de su madre.
– Yo conozco un hombre que se comió su propio dedo –dijo Arandjel levantando el pulgar-. Se lo cortó y lo coció. Lo que pasa es que al día siguiente no se acordaba, y fue por todas partes reclamando su dedo.
Y seguir con esta otra cita de «La Tercera Virgen».
«(…) -Dese bastante prisa en volver, teniente, el gato no está muy bien.
– Es porque me fui sin avisar. Pásemelo.
Adamsberg se arrodilló y pegó el móvil al oído del gato. Había conocido a un pastor que telefoneaba a su oveja veterana para mantener su equilibrio psicológico y, desde entonces, ese tipo de cosas había dejado de sorprenderlo. Incluso recordaba el nombre de la oveja, George Sand.»
El gran mérito de Fred Vagas no se basa tan solo en su originalidad o su calidad literaria. Lo que más me asombra de ella es su capacidad para incluir su bestiario de seres extravagantes, oníricos, metafóricos o directamente imposibles en un género tan cargado de tópicos y arquetipos como la novela negra, sin que sus libros pierdan coherencia. Y eso que la mujer juega al límite. De hecho, cada vez que me sumerjo un nuevo libro de ella pienso lo mismo. Que ha llevado las cosas demasiado lejos, que los personajes se le han ido de las manos y que su surrealismo entierra la trama. Y cuando todo parece perdido… ¡zas! se obra el milagro. Cada personaje ocupa su lugar y todo cobra sentido.
Solo por su valentía, Fred Vargas merece de sobras el premio. Además, que se conceda a una mujer tan insigne galardón es aún más raro que muchos de sus personajes.
flamenquito, narcotráfico y ejecuciones. Andalucia se tiñe de negro.
Informaciones muy recientes ilustran de la enorme penetración de las mafias que operan en algunas zonas de Andalucia. Un poder y una impunidad que convierten a esta región en un paraíso del crimen organizado.
Un presunto narco malagueño acribillado ante su familia el día de la comunión de su hijo. Policías y guardias civiles intimidados, amenazados, apaleados y hasta tiroteados. Un niño muerto a causa de la chulería del piloto de una planeadora, Sito Miñanco travestido en vigilante de parking en Algeciras, gestionando negocios legales, ilegales, cortinas y tapaderas. ¿Quieren más? Porque éstos son sólo los titulares. Si profundizamos en las noticias, encontramos casi todos los arquetipos del género negro.
Coca a espuertas, putas de lujo, sicarios colombianos, coches de alta gama pilotados por garrulos, el palco del Real Madrid, locales incendiados, billetes de quinientos, palizas de escándalo, juergas en Puerto Banús… Y una ausencia tan clamorosa como elocuente de políticos, jueces y mandos policiales comprometidos en acabar con esta fiesta.
¿Cuales son los motivos que han llevado a esta situación? El coladero de la frontera con Marruecos quizá sea el principal, aunque el hachís solo suponga una parte de los negocios ilegales de la zona. Además, la región dispone de una enorme lavandería de actividades criminales llamada Gibraltar. Y la frivolidad con que se ha permitido -cuando no alentado- que mafiosos, proxenetas, traficantes y terroristas se establezcan en la zona sin más impedimenta que el dinero que aporten, resulta fundamental para entender este proceso. Sin olvidar que el nivel de empobrecimiento de algunos de estos territorios ayuda a favorecer cualquier actividad al margen de la ley
España renunció hace décadas a controlar el Sur. Por miopía, incapacidad o por conminencia de algunos de sus estamentos -o responsables significados de ellos- con los criminales.
La corrupción, cuando no se detiene a tiempo, se extiende como la gangrena. Y me temo que este país tiene ya zonas demasiado infectadas.
Un escándalo como ciudadano y una enorme fuente de inspiración para escribas del género negro.
La triste herencia de Tom Wolfe
Rompedor, clasista, extravagante, vanguardista , conservador, progresista, elegante, histriónico, agudo, innovador, mordaz, brillante, inquieto, cínico, ególatra, provocador, narcisista, americano y hasta marciano. ¡Con todos ustedes, míster Tom Wolfe!
Créanme, cuando una persona aglutina tantos y tan contradictorios adjetivos… ¡¡¡Bufff!!! ¡¡¡¡ARGGGG!!!! sin duda debe tratarse de un tipo excepcional. Una figura de la que por desgracia hoy toca despedirse
Tom Wolfe aportó al mundo una visión de la vida y una peculiar forma de narrarla, en lo que acabó definiéndose como Nuevo Periodismo. Un estilo que Wolfe contribuyó a crear y que ha marcado a varias generaciones de escritores y periodistas. Una forma de entender el mundo y de comunicarlo que, cincuenta y tantos años más tarde, agoniza.
Al nuevo periodismo lo ha matado Internet.
La Red ha transformado los medios, digitales y en papel, en unos productos de consumo efímero e inmediato. Un cambio radical que ha acabando relegando a a los reportajes a un plano casi testimonial . Fíjense si no en el páramo de la prensa española. Ningún semanario que merezca tal nombre, dominicales en desbandada y unos medios on-line centrados en lo efímero.
Además, ahora las críticas mordaces se hacen desde Twitter, empleando unos pocos caracteres y sin necesidad de oficio o cultura. No hablemos ya de estilo o profundidad.
Así las cosas, solo queda despedirse de Wolfe, recordar su legado y esperar tiempos mejores. Ustedes y yo sabemos que llegarán ¡VERDAD? ¡¡¡¡glubbbsss!!!!!
Radio Nights. Eurovision
El reto de esta semana ha consistido en seleccionar un tema que haya representado a España en Eurovision sin que la elección traicione el espíritu de este blog.
Una tarea difícil, habida cuenta de que el desastre de esta última edición no es un hecho aislado. Al revés, este fiasco se suma a una larga lista de despropósitos, fracasos y vergüenzas, tanto propias como ajenas.
Un triste palmarés de que no debe hacernos olvidar que hubo un a vez, hace ya mucho tiempo, que fuimos capaces de enviar canciones excelentes.
Como este «Eres tu» de Mocedades.
Aunque de esto hace ya 45 años.
Por cierto, comentar como curiosidad que el compositor de la canción, Juan Carlos Calderón -a quien puede verse dirigiendo la orquesta- tuvo también mucho que ver en que el archiconocido «Mediterraneo» de Joan Manuel Serrat sea la canción que todos amamos. Dicho queda a modo de pequeño homenaje.
Sant Jordi 2018. Guía para la supervivencia
Sant Jordi ejerce sobre mí un efecto curioso. Invoca a la vez mis más placenteras filias y algunas fobias. Entre las primeras, el gusto de caminar entre libros y lograr la dedicatoria de algún autor. Y entre las segundas, mi legendaria incapacidad para aguantar colas interminables ante las casetas.
Siempre he creído que un libro firmado por su creador se convierte en una pieza única. Así que cuando me ha interesado la firma un escritor concreto, he logrado aplacar mi escasa paciencia ante el aborregamiento. Aunque también reconozco que en ocasiones me he plantado ante autores que apenas conocía por el simple hecho de encontrarlos libres.
En todo caso, para disfrutar de la diada de Sant Jordi en la Ciudad Condal conviene tomar algunas precauciones.
- Hacer una lista y comprar los libros con anterioridad. El 23 de abril es el peor día del año para adquirirlos. Las paradas están desbordadas y los vendedores sometidos a un tremendo estrés. Además, aunque ese día trabajan libreros y aprendices, cuando necesitas a alguien para hacerle una consulta siempre te toca el bisoño.
- Trazar una ruta para tratar de encontrar a nuestro autor favorito en la librería o en la franja horaria que mejor se nos acomode. Desde hace años utilizo la guía de firmas de “llegir en cas d’incendi”. Para mí, la mejor de las que se editan.
Por último, una recomendación básica para enfrentarse con dignidad a un Sant Jordi en el siglo XXI:
Comprar libros a los chicos y rosas a las chicas es sexista, casposo y demodé. En Sant Jordi regalen ambas cosas. No es justo privar a su ser querido, sea del sexo que sea, del placer de una buena lectura. Ni de la belleza de una flor.
El Nóbel de literatura se escribe en clave de «noir»
Y no porque la academia Sueca haya decidido honrar un género al que siempre ha ninguneado. El motivo es que los escándalos que estos días están saliendo a la luz sitúan al Nóbel de Literatura en el centro de una trama propia de la mejor novela negra.
En el centro de esta polémica un nombre: Jean-Claude Arnault, esposo de la académica Katarina Frostenson y responsable de una galería en Estocolmo vinculada a los Nóbel. Las acusaciones, destapadas por 18 mujeres, son muy graves. Abusos sexuales, nepotismo, y filtraciones de los ganadores del premio para, se supone, favorecer apuestas.
De momento, el escándalo ha provocado la dimisión de 3 miembros de la academia y ha obligado a intervenir al propio rey de Suecia.
En los próximos días sabremos cómo evoluciona esta crisis. Pero reconozcamos que lo que ya conocemos ofrece todos los ingredientes para una estupenda historia.
Suecia es toda una potencia en novela negra. No cuesta nada imaginar a Camila Läckberg trasladando a sus personajes a Estocolmo para investigar. O cuánto habría disfrutado Henning Mankell obligando a Kurt Wallander a meter las narices en el asunto.
Pero este caso, por sus connotaciones, habría hecho feliz sobre todo al malogrado Stieg Larsson. Pienso en Mikail Blomkvist investigando en torno a los grupos de poder que se mueven alrededor de los premios Nóbel. Recibiendo todo tipo de amenazas y presiones por su injerencia. Y en Lisbeth Salander, mucho más práctica, enseñando a Jean-Claude Arnault lo que esta chica es capaz de hacerle a un hombre que no ama a las mujeres.
Radio Nights. El tres por cuatro de Joss Stone
Si algo tienen en común la mayoría de canciones que escuchamos hoy día, ya sean de estilo pop, rock, metalero o latino, es el compás con que se estructuran: el 4 por 4.
Cabe suponer que nuestros oídos prefieren los cuatro golpes por compás a cualquier otra base rítmica. Lo cierto es que la abrumadora presencia del cuatro por cuatro ha relegado a otros compases a un plano minoritario dentro de la producción musical.
Uno de los grandes perjudicados es el tres por cuatro. El conocido «um pa pa» ha marcado durante siglos el ritmo de polkas y valses. Géneros tan populares antaño como carpetovetónicos para el oído de hoy. Pues bien, En el blues y el soul, el tres por cuatro también tiene su hueco. Y en más canciones de las que podríamos sospechar.
Para demostrarlo, ilustraré esta entrada con un impresionante tema: «I Put A Spell On You». No quiero ser acusado de viejuno, por lo que hoy no me basaré en la versión original de 1956, interpretada por el histriónico Screamin Jay Hawkins. En su lugar he escogido la recreación que hace de él Joss Stone, un primor de voz y sensibilidad de apenas 30 añitos.
Para entender el tres por cuatro, os invito a marcar el ritmo de esta canción con el pie. O tratar de bailarla como si fuera un vals. Como siempre, os recuerdo que para disfrutar de la música basta escucharla. Pero el vídeo tiene sus ventajas. Una es poder ver a la propia Joss Stone, quien amén de artistaza es un auténtico pibón (escrito con B, que quede claro). La otra, descubrir el parecido más que razonable de su guitarrista con Lionel Messi. ¿O no?





