El bestiario de Fred Vargas
La escritora francesa Frédérique Audoin-Rouzeau, más conocida como Fred Vargas, gana el premio princesa de Asturias de las letras 2018.
Durante años me dediqué a comentar los libros que leía en un blog. A modo de introcucción, las crónicas se iniciaban con una cita de la obra a tratar. Reconozco que no siempre era fácil entresacar un párrafo atractivo y que además hablara del libro o su autor. Había sin embargo, escritores muy agradecidos, ya que en cada página de sus novelas podías encontrar algo que valía la pena. Fred Vargas era mi favorita, una verdadera mina. Observen si no algunos extractos. Podemos empezar con éste, de «Un Lugar Incierto».
– También hay gente que come armarios –murmuró Adamsberg.
Vlad se interrumpió, inseguro.
– ¿Qué come armarios? ¿Es eso?
– Sí. Tecófagos.
Vladislav tradujo, y Arandjel no pareció sorprendido.
– ¿Ocurre a menudo en su país? -se informó.
– No, pero también hubo un hombre que se comió un avión. Y en Londres, un lord que quiso comerse las fotos de su madre.
– Yo conozco un hombre que se comió su propio dedo –dijo Arandjel levantando el pulgar-. Se lo cortó y lo coció. Lo que pasa es que al día siguiente no se acordaba, y fue por todas partes reclamando su dedo.
Y seguir con esta otra cita de «La Tercera Virgen».
«(…) -Dese bastante prisa en volver, teniente, el gato no está muy bien.
– Es porque me fui sin avisar. Pásemelo.
Adamsberg se arrodilló y pegó el móvil al oído del gato. Había conocido a un pastor que telefoneaba a su oveja veterana para mantener su equilibrio psicológico y, desde entonces, ese tipo de cosas había dejado de sorprenderlo. Incluso recordaba el nombre de la oveja, George Sand.»
El gran mérito de Fred Vagas no se basa tan solo en su originalidad o su calidad literaria. Lo que más me asombra de ella es su capacidad para incluir su bestiario de seres extravagantes, oníricos, metafóricos o directamente imposibles en un género tan cargado de tópicos y arquetipos como la novela negra, sin que sus libros pierdan coherencia. Y eso que la mujer juega al límite. De hecho, cada vez que me sumerjo un nuevo libro de ella pienso lo mismo. Que ha llevado las cosas demasiado lejos, que los personajes se le han ido de las manos y que su surrealismo entierra la trama. Y cuando todo parece perdido… ¡zas! se obra el milagro. Cada personaje ocupa su lugar y todo cobra sentido.
Solo por su valentía, Fred Vargas merece de sobras el premio. Además, que se conceda a una mujer tan insigne galardón es aún más raro que muchos de sus personajes.
flamenquito, narcotráfico y ejecuciones. Andalucia se tiñe de negro.
Informaciones muy recientes ilustran de la enorme penetración de las mafias que operan en algunas zonas de Andalucia. Un poder y una impunidad que convierten a esta región en un paraíso del crimen organizado.
Un presunto narco malagueño acribillado ante su familia el día de la comunión de su hijo. Policías y guardias civiles intimidados, amenazados, apaleados y hasta tiroteados. Un niño muerto a causa de la chulería del piloto de una planeadora, Sito Miñanco travestido en vigilante de parking en Algeciras, gestionando negocios legales, ilegales, cortinas y tapaderas. ¿Quieren más? Porque éstos son sólo los titulares. Si profundizamos en las noticias, encontramos casi todos los arquetipos del género negro.
Coca a espuertas, putas de lujo, sicarios colombianos, coches de alta gama pilotados por garrulos, el palco del Real Madrid, locales incendiados, billetes de quinientos, palizas de escándalo, juergas en Puerto Banús… Y una ausencia tan clamorosa como elocuente de políticos, jueces y mandos policiales comprometidos en acabar con esta fiesta.
¿Cuales son los motivos que han llevado a esta situación? El coladero de la frontera con Marruecos quizá sea el principal, aunque el hachís solo suponga una parte de los negocios ilegales de la zona. Además, la región dispone de una enorme lavandería de actividades criminales llamada Gibraltar. Y la frivolidad con que se ha permitido -cuando no alentado- que mafiosos, proxenetas, traficantes y terroristas se establezcan en la zona sin más impedimenta que el dinero que aporten, resulta fundamental para entender este proceso. Sin olvidar que el nivel de empobrecimiento de algunos de estos territorios ayuda a favorecer cualquier actividad al margen de la ley
España renunció hace décadas a controlar el Sur. Por miopía, incapacidad o por conminencia de algunos de sus estamentos -o responsables significados de ellos- con los criminales.
La corrupción, cuando no se detiene a tiempo, se extiende como la gangrena. Y me temo que este país tiene ya zonas demasiado infectadas.
Un escándalo como ciudadano y una enorme fuente de inspiración para escribas del género negro.
La triste herencia de Tom Wolfe
Rompedor, clasista, extravagante, vanguardista , conservador, progresista, elegante, histriónico, agudo, innovador, mordaz, brillante, inquieto, cínico, ególatra, provocador, narcisista, americano y hasta marciano. ¡Con todos ustedes, míster Tom Wolfe!
Créanme, cuando una persona aglutina tantos y tan contradictorios adjetivos… ¡¡¡Bufff!!! ¡¡¡¡ARGGGG!!!! sin duda debe tratarse de un tipo excepcional. Una figura de la que por desgracia hoy toca despedirse
Tom Wolfe aportó al mundo una visión de la vida y una peculiar forma de narrarla, en lo que acabó definiéndose como Nuevo Periodismo. Un estilo que Wolfe contribuyó a crear y que ha marcado a varias generaciones de escritores y periodistas. Una forma de entender el mundo y de comunicarlo que, cincuenta y tantos años más tarde, agoniza.
Al nuevo periodismo lo ha matado Internet.
La Red ha transformado los medios, digitales y en papel, en unos productos de consumo efímero e inmediato. Un cambio radical que ha acabando relegando a a los reportajes a un plano casi testimonial . Fíjense si no en el páramo de la prensa española. Ningún semanario que merezca tal nombre, dominicales en desbandada y unos medios on-line centrados en lo efímero.
Además, ahora las críticas mordaces se hacen desde Twitter, empleando unos pocos caracteres y sin necesidad de oficio o cultura. No hablemos ya de estilo o profundidad.
Así las cosas, solo queda despedirse de Wolfe, recordar su legado y esperar tiempos mejores. Ustedes y yo sabemos que llegarán ¡VERDAD? ¡¡¡¡glubbbsss!!!!!
Sant Jordi 2018. Guía para la supervivencia
Sant Jordi ejerce sobre mí un efecto curioso. Invoca a la vez mis más placenteras filias y algunas fobias. Entre las primeras, el gusto de caminar entre libros y lograr la dedicatoria de algún autor. Y entre las segundas, mi legendaria incapacidad para aguantar colas interminables ante las casetas.
Siempre he creído que un libro firmado por su creador se convierte en una pieza única. Así que cuando me ha interesado la firma un escritor concreto, he logrado aplacar mi escasa paciencia ante el aborregamiento. Aunque también reconozco que en ocasiones me he plantado ante autores que apenas conocía por el simple hecho de encontrarlos libres.
En todo caso, para disfrutar de la diada de Sant Jordi en la Ciudad Condal conviene tomar algunas precauciones.
- Hacer una lista y comprar los libros con anterioridad. El 23 de abril es el peor día del año para adquirirlos. Las paradas están desbordadas y los vendedores sometidos a un tremendo estrés. Además, aunque ese día trabajan libreros y aprendices, cuando necesitas a alguien para hacerle una consulta siempre te toca el bisoño.
- Trazar una ruta para tratar de encontrar a nuestro autor favorito en la librería o en la franja horaria que mejor se nos acomode. Desde hace años utilizo la guía de firmas de “llegir en cas d’incendi”. Para mí, la mejor de las que se editan.
Por último, una recomendación básica para enfrentarse con dignidad a un Sant Jordi en el siglo XXI:
Comprar libros a los chicos y rosas a las chicas es sexista, casposo y demodé. En Sant Jordi regalen ambas cosas. No es justo privar a su ser querido, sea del sexo que sea, del placer de una buena lectura. Ni de la belleza de una flor.
El Nóbel de literatura se escribe en clave de «noir»
Y no porque la academia Sueca haya decidido honrar un género al que siempre ha ninguneado. El motivo es que los escándalos que estos días están saliendo a la luz sitúan al Nóbel de Literatura en el centro de una trama propia de la mejor novela negra.
En el centro de esta polémica un nombre: Jean-Claude Arnault, esposo de la académica Katarina Frostenson y responsable de una galería en Estocolmo vinculada a los Nóbel. Las acusaciones, destapadas por 18 mujeres, son muy graves. Abusos sexuales, nepotismo, y filtraciones de los ganadores del premio para, se supone, favorecer apuestas.
De momento, el escándalo ha provocado la dimisión de 3 miembros de la academia y ha obligado a intervenir al propio rey de Suecia.
En los próximos días sabremos cómo evoluciona esta crisis. Pero reconozcamos que lo que ya conocemos ofrece todos los ingredientes para una estupenda historia.
Suecia es toda una potencia en novela negra. No cuesta nada imaginar a Camila Läckberg trasladando a sus personajes a Estocolmo para investigar. O cuánto habría disfrutado Henning Mankell obligando a Kurt Wallander a meter las narices en el asunto.
Pero este caso, por sus connotaciones, habría hecho feliz sobre todo al malogrado Stieg Larsson. Pienso en Mikail Blomkvist investigando en torno a los grupos de poder que se mueven alrededor de los premios Nóbel. Recibiendo todo tipo de amenazas y presiones por su injerencia. Y en Lisbeth Salander, mucho más práctica, enseñando a Jean-Claude Arnault lo que esta chica es capaz de hacerle a un hombre que no ama a las mujeres.
El oficio perdido de escribir
Hace unos días, en el marco de una charla con lectores, el autor Eduard Márquez se definió a sí mismo como representante de una especie en extinción. La de aquellos que aún consideran el escribir como un oficio. Con sus reglas, su técnica y su nivel de excelencia, como cualquier otra profesión.
Eduard, quien también ejerce como profesor en la Escuela de Escritura del Ateneu Barcelonès, se mostró muy crítico con las nuevas hornadas de escritores. Comentó que muchos de sus alumnos
“no saben escribir. A algunos tan siquiera les gusta. Sólo quieren contar historias. Sin que les interese cómo”.
Marché de la biblioteca un tanto escéptico ante tanta contundencia, convencido de que Márquez, como profesor, debía ser durísimo. Claro que, tras toparme con la entrada que ilustra este artículo, empiezo a pensar que el pobre Eduard quizá se quedó corto. (amplíala haciendo click en la imagen o aquí)
Seamos sinceros. Cualquiera que use redes sociales sabe cuánto se atenta a diario contra los principios más elementales de la ortografía. Lo duro es que esta entrada pertenece a un autor quien, además, nos invita a conocer su nueva novela a través de una página temática de facebook.
Entiendo que pueda tratarse de una simple errata a la hora de teclear. De dos, ya que amén del clamoroso “echo” sin hache, también falta el acento en “el”. Pero ¡caray! si estamos promocionando un libro en un foro al que básicamente acuden amantes de la literatura, qué menos que repasar un poco lo que se pone.
Un error así no tiene que ver con la calidad literaria del autor. Denota, y ahí tengo que dar la razón a Eduard Márquez, falta de oficio.
Algo que, a diferencia de lo que él piensa, no creo que se haya perdido. Ocurre que para adquirirlo se necesita paciencia, dedicación y tiempo, unos valores que casan poco con la juventud.
De cualquier época.
El Carvalho de Carlos Zanón.
Cuando supe que Carlos Zanón iba a ser el continuador de la saga de Pepe Carvalho, reconozco que tuve un arrebato de indignación. Sin embargo, algunos hechos me han movido a matizar mucho esta postura
Uno ha sido releer al personaje de Manuel Vázquez Montalbán. Hace pocos días terminé “los pájaros de Bangkok” una novela de 1983 que en su día me cautivó. Me encantó recuperar a un querido autor y a unos personajes entrañables. Pero la principal conclusión que extraje denotaba algo terrible.
La Barcelona de Pepe Carvalho ya no existe. Quedó tan anclada en el tiempo como ese personaje.
Las recetas de cocina del detective están anticuadas, muchos de sus vinos también y la mayoría de los restaurantes que cita cerraron hace años. Al Carvalho de Montalbán le costaría lo indecible moverse hoy entre manadas de turistas, acometer superillas o sortear carriles bici. No tiene ni idea de smarts citys, desconoce los smartphones y ni en su peor sueño habría podido imaginar el procés.
Para situar a Carvalho en la Ciudad Condal de 2018 es necesario un esfuerzo considerable de puesta al día. Y en en este sentido, Carlos Zanón me parece una elección perfecta. El autor se ha mostrado a través de sus novelas como un gran conocedor de la Barcelona actual, de sus barrios y de las diferentes problemáticas que se funden en el caleidoscopio de esta pequeña gran metrópolis.
Hace pocos días tuve el privilegio de escucharle hablar del proyecto, y reconozco que su discurso aplacó mis recelos. De hecho, me impresionó el respeto, la modestia y la ilusión que el autor transmitió a la hora de abordar este encargo.
Quedan aún algunas incertidumbres, como la posible evolución gastronómica del detective. ¿lo descubriremos comiendo Sushi? Aunque mi principal inquietud es si el autor de obras como “yo fui Johnny Thunders” o “Marley estaba muerto”, modernizará también los gustos musicales del detective, más anclados en el cuplé, el tango o el fado que en los Clash.
La solución a este y otros enigmas, según el propio Carlos Zanón, se resolverá a finales de año.
Paco Camarasa y el futuro de las librerías
El pasado lunes falleció Paco Camarasa, impulsor del certamen BCNegra y propietario de la extinta librería “negra y criminal”.
No voy a extenderme en una noticia que ya ha sido difundida por todos los informativos de este país. Pero sí me gustaría hacer una reflexión:
Del prestigio no se come.
Negra y criminal tuvo que cerrar sus puertas por falta de clientes. Y esto es algo de lo que, sin pretender hacer demagogia, todos los amantes del género deberíamos sentirnos un poco culpables. El propio Paco Camarasa lo dejó claro cuando bajó por última vez la persiana.
“Había quien simplemente venía a que le recomendaras un libro y luego se lo compraba en cualquier otra parte”
Quizá debamos reflexionar sobre el modelo de librería que como lectores deseamos. Y hacerlo de forma seria, teniendo en cuenta que, más allá de anhelos o querencias, para que una librería subsista como negocio debe ser económicamente sostenible.
¿Virtual o física? ¿Temática o generalista? ¿Exclusiva o compartiendo espacio con otros artículos? La verdad, no tengo ni idea. Sólo sé que cada vez que veo el local que ocupaba la Catalònia convertido en un MacDonalds me cabreo. Que la arrogancia que mostraban los empleados de algunas de estas grandes librerías en sus buenos tiempos tampoco ayudaba a hacer de ellas un espacio amable. Y que como no nos espabilemos, al lector medio no le quedará más oferta para comprar libros físicos que la que ofrezcan supers y gasolineras.
Mal asunto para quienes escribimos y no somos Dan Brown. Ni lo envidiamos… salvo por la pasta, claro.
Adiós a Philip Kerr
Philip Kerr, el padre de l detective Bernie Gunther, ha muerto a los 62 años de edad a consecuencia de un cáncer.
Reconozco mi pasión por este autor, y en especial por el detective Bernie Gunther. No es fácil encajar novela negra y nazismo, ni construir un personaje entrañable sobre la base de un ex oficial de las SS. Philip Kerr lo logró de una forma convincente. Aunque las aventuras de Bernie Gunther se movían en escenarios tanto anteriores como posteriores a la contienda, sus descripciones del Berlín ocupado de la postguerra me parecían sobrecogedoras. Vencedores jactanciosos, vencidos malviviendo o prostituyéndose por un trozo de pan, y en medio Bernie, un superviviente cuyos valores personales, a veces entrerrados por unos usos a lo Philip Marlowe, estaban muy por encima de la miseria en la que le tocaba moverse.
Philip Kerr fu uno de los grandes maestros de la novela negra de ambientación histórica, subgénero del que han bebido autores como Maurizio de Giovanni, con su comisario Ricciardi, o Steven Saylor, padre de Gordiano el Sabueso
Reconozco que no he leído sus tres libros, también de género negro, ambientados en el mundo del fútbol y protagonizados por un personaje, Scott Manson, que para muchos iba camino de situarse como un nuevo clásico. Lo haré -alguno tengo por casa- aun con la pena de saber que lo que lees ya es historia.
Descansa en paz Philip.
Fariña
Acaba de llegar a casa Fariña, el libro de Nacho Carretero, vía Círculo de Lectores. Lo he recibido con toda normalidad casi un mes después de que una jueza ordenara su secuestro.
Nadie podrá acusarme de haberlo adquirido de manera ilegal. Y puedo asegurar que no he pagado por él ni un céntimo más de su precio estipulado.
El caso es que aquí está. Un libro que, sin todo este revuelo, dudo mucho que hubiera comprado.
Tampoco creo que lo lea ahora, Y es que la versión televisiva de Fariña, arrancada también hace tres semanas, me tiene enganchado.
Estoy convencido de que en pocos años la promoción de Fariña se estudiará en universidades y escuelas de negocio como un hito en el marketing editorial.
Moraleja: Pensando en el próximo lanzamiento mi libro, creo que quizá sería buena cosa presentárselo a un juez. Por si decide echarme un cable.